Los cuadros nos cuentan muchas cosas en pequeños detalles y Velázquez era un maestro en eso.
Sus icónicas Meninas han sido fruto de estudio a nivel técnico, artístico e incluso filosófico. Multitud de teorías se han escrito acerca de esta obra única y excepcional.
Antonio Muñoz nos muestra su revolucionaria (re)visión de Las Meninas.
Velázquez sabía perfectamente dónde estaba Tebas, una ciudad fundamental de la Historia del Antiguo Egipto, porque pintó a San Antonio Abad y a San Pablo de la Tebaida, el primer ermitaño. Estos primeros cristianos, que eran auténticos yoguis, eran conocidos como los padres y las madres del desierto y esta transición de Egipto a Europa, de la que Jesucristo es una pieza importante, los libros de Historia se han encargado de borrarla.
En Las Meninas Velázquez nos presenta la historia de estas Madres del Desierto, que fueron las verdaderas impulsoras de nuestra cultura, filosofía y religión.